El estudio, realizado en 13 de los mejores colegios de primaria y secundaria, determinó que el rol de los directores de los planteles es clave para ejercer un liderazgo positivo y tener gestiones exitosas. La universidad espera compartir los resultados entre asociaciones de padres y agrupaciones docentes
Fuente: Prensa UCAB
Este 15 de enero se conmemora en Venezuela el Día del Maestro, fecha propicia para insistir en la necesidad de desarrollar estrategias que contribuyan a recuperar la calidad educativa en el país. A propósito de esto, la Universidad Católica Andrés Bello hizo pública la investigación “Buenas prácticas de gestión educativa en instituciones de Educación primaria y secundaria del Área Metropolitana de Caracas”, desarrollada en el marco del Plan Reto País y en la cual participaron 13 de los mejores colegios privados de la capital.
En el estudio se evaluaron las acciones de los docentes en el aula y las actuaciones administrativas del personal directivo y, sobre esa base, se hizo una selección de las 10 estrategias de excelencia que tienen el potencial de ser replicadas por cualquier institución.
Planificación de los objetivos educativos, concepción clara de un modelo pedagógico, evaluación constante del rendimiento académico, uso intensivo de plataformas virtuales de formación, participación activa de los padres y compensación competitiva de los maestros son algunas de las prácticas comunes que caracterizan a las mejores instituciones educativas de primaria y secundaria de la capital venezolana.
El trabajo fue coordinado por el vicerrector administrativo, Gustavo García, y por el decano de la Facultad de Humanidades y Educación de la UCAB, José Francisco Juárez. La investigación determinó el papel clave del “liderazgo corporativo” de los directores de planteles que hacen la diferencia hacia la ruta del éxito, porque actúan como promotores del “círculo virtuoso escolar” en lo pedagógico y administrativo.
“Los resultados de la investigación orientan hacia lo que significa ser un líder y, con este estudio, podemos conectar con instituciones de educación media y decirles a sus líderes que tienen la mayor responsabilidad de ejecutar esos cambios. Nosotros estamos exponiendo 10 mejores prácticas que no son una camisa de fuerza, son un indicativo, el camino para cualquier otro colegio, sea público con limitaciones o privado de alto nivel. La idea es que el gerente, el gestor de lo que es el proceso educativo, pueda encontrar espacios para tratar de resolver problemas puntuales de su institución. El Ministerio de Educación no va a responder a las demandas y ahí es donde el director, si cree en lo que hace y tiene vocación y compromiso, se las ingeniará para tratar de tener una educación de calidad”, explicó José Francisco Juárez.
La selección de los colegios participantes en este estudio se hizo con base en los mejores resultados promedio obtenidos por los aspirantes de la prueba de conocimientos para la admisión a la UCAB entre 2016 y 2019. La identidad de los planteles fue reservada por los autores por razones de confidencialidad.
Para el vicerrector García, con esta investigación la UCAB quiso contribuir a ofrecer herramientas que sirvan como referentes para incidir en el mejoramiento de la calidad de la educación en los niveles básico y medio para, de manera subsecuente, incidir en el mejoramiento del nivel universitario. “En el contexto que tenemos en Venezuela, hay que mirar integralmente lo que hacemos las instituciones educativas. Ninguna institución debe renunciar a una mirada de largo plazo y de mejora, independientemente de la situación de emergencia que tengan frente a sí. Si esa agenda no viene de políticas públicas claras, entonces tendrá que venir de abajo hacia arriba. Lo que sugiere el estudio es que no nos podemos paralizar y si usted, como director de un colegio, no está trabajando en eso, usted corre riesgos importantes.”, abundó García.
El decálogo de la excelencia: lo que dice el estudio
En las conclusiones del informe se precisa que los resultados corroboran la hipótesis de que “las instituciones exitosas desarrollan una capacidad para organizar los recursos económicos y humanos disponibles, adaptándolos a las metas pedagógicas establecidas. También se resalta el hecho de que las escuelas eficaces mantienen una estrecha relación con su medio circundante. Se colabora con organismos del entorno y con instituciones o entidades externas a la institución”.
En todos los colegios estudiados, por cada trabajador en labores directivas y de coordinación hay 2,5 trabajadores administrativos y 20 docentes. “En promedio, las instituciones educativas tienen cinco trabajadores dedicados a las actividades directivas y de coordinación, 12 trabajadores dedicados a la gestión administrativa y 105 docentes” precisa el informe.
De acuerdo con las evaluaciones, estas son las 10 prácticas de la excelencia:
• Formular un proyecto educativo integral y un plan estratégico que puedan orientar el quehacer de la institución educativa y de los actores que conforman la comunidad educativa para dar respuesta a los retos planteados por el contexto, considerando las capacidades institucionales.
• Concebir y hacer explícito un modelo pedagógico que considere como aspecto central la formación integral, ubicando a los estudiantes como sujetos protagonistas del aprendizaje y estructurando procesos de acompañamiento pedagógico, potenciado esto con el apoyo de la tecnología, la enseñanza en idiomas y el desarrollo de competencias adicionales mediante el trabajo por proyectos.
• Consolidar herramientas de planificación de los cursos que se conviertan en el estímulo para la revisión permanente de los objetivos y estrategias y que sirvan efectivamente para el análisis de los resultados y logros.
• Ubicar en el nivel más estratégico los procesos de captación de docentes, a partir de una definición clara de las competencias requeridas y la instrumentación de diversos procesos de análisis de las capacidades de los candidatos. Excelentes docentes determinan de manera directa altos niveles de calidad formativa.
• Analizar, empleando métodos cuantitativos y cualitativos, el rendimiento escolar y los niveles de competencia alcanzados por los estudiantes, incorporando a los propios estudiantes al análisis y estructurando, en los casos en que sea necesario, programas de refuerzo y acompañamiento que se correspondan con las necesidades de los diferentes grupos.
• El tamaño de las clases no determina de manera directa la calidad del proceso educativo, pero los cursos deben tener un tamaño adecuado para garantizar la interacción y posibilitar el desarrollo de trabajos grupales o en equipo en la medida en que favorecen una atención individualizada en los casos en que sea necesario.
• Abrir la institución educativa a la participación activa de los padres y representantes y de otros miembros de las comunidades cercanas, reconociendo la labor educativa como una responsabilidad compartida con las familias y al servicio del desarrollo y la mejora de las condiciones del país.
• Incorporar de manera intensiva, mediante el uso de plataformas virtuales o mediante el soporte a clases presenciales, la tecnología como herramienta potenciadora de los procesos de aprendizaje.
• Tomar decisiones equilibradas en cuanto al precio, considerando la complejidad del contexto económico. Esto significa asignar lo necesario para funcionar con calidad y analizar la necesidad de inversiones para decidir sobre su posible postergación.
• Focalizarse en una compensación competitiva vinculada al desempeño es una fuente de mejora permanente. Retener y desarrollar al equipo docente y responsable de las labores de coordinación y dirección constituye uno de los aspectos más importantes para garantizar la calidad de la educación.
Trazar una hoja de ruta propia
Gustavo García insiste en que, lejos de desalentar a los responsables de escuelas que están atravesando circunstancias difíciles por las brechas que quedan en evidencia respecto de los colegios de alto perfil –especialmente en la gestión curricular y las remuneraciones–, lo que se busca con la divulgación del estudio es que no renuncien a mejorar y planifiquen cómo hacerlo con base en la realidad nacional.
“Creemos que hay un espacio para que los docentes puedan trazar su propia hoja de ruta, que vean que pueden hacer las cosas de forma distinta y eso también es una ruta de esperanza. Tener una actitud optimista no significa simplemente soñar, sino que significa construir una agenda en el marco de las posibilidades. Hay que soñar con un norte que parece lejano, pero eso no nos debe frustrar, sino que debe ser un incentivo. Estas no son cosas inalcanzables, pero dependen del tipo de liderazgo que tengan para transformar esos espacios”.
El vicerrector administrativo subraya que no se deben dejar de lado los mecanismos de evaluación docente y la mirada al desempeño.
“Hay que poner al docente en el centro de la Venezuela actual. Es cierto que ahora al personal se le dificulta llegar a la institución por diversos problemas y eso desdibuja la propia labor docente y está claro que compensar de la mejor manera a los docentes para retenerlos es una buena práctica. Pero si no se tienen fondos en moneda extranjera o no se puede ser competitivo en el pago en bolívares, al menos se tiene que poner al maestro como centro de la actividad y hacer que se sienta bien con lo que hace. Eso, a veces tendrá que ver con elementos metálicos, pero otras veces no. En el marco de sus capacidades, el director debe trazar una estrategia que diga exactamente cómo podría mejorar eso, lo que no se puede es renunciar a hacerlo, ahogándose con la idea de que los docentes no pueden llegar porque no encuentran transporte o no tienen dónde dar clase”.
Los resultados obtenidos en el informe ya fueron expuestos por José Francisco Juárez y Gustavo García a unos 80 directores de planteles públicos y privados de la Gran Caracas, que cursan el diplomado de Gerencia Educativa y Comunitaria en la UCAB y que enseñan a niños y jóvenes de todos los grupos socioeconómicos. También se hizo una presentación a los directivos de los 13 colegios objeto del estudio y, próximamente, se expondrá a las asociaciones de padres y representantes de las instituciones evaluadas, para que tomen conciencia de la importancia de estas diez prácticas de gestión educativa.
“El estudio también es un motivante para el director del colegio, que puede visualizar la problemática y trabajar con su equipo. Eso está registrado allí en el estudio, cómo el gerente puede ser capaz de mirar a través de su comunidad la problemática en su contexto y armar, a mediano y largo plazo, un programa de intervención. Para mí, eso es clave en una investigación como esta. Nosotros estamos ofreciendo un espacio a los directivos de las instituciones educativas para que ellos se reconozcan también allí. Esto se puede ir adaptando a medida que van teniendo sus propias experiencias”, comentó el decano Juárez.
El equipo también tiene previsto encuentros con los gremios educativos como la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC), la Cámara Venezolana de la Educación Privada (CAVEP) y la Asociación Nacional de Instituciones Educativas Privadas (ANDIEP).
Al servicio del país
Esta investigación es solo uno de los proyectos que adelanta la UCAB para fortalecer la educación en Venezuela y hacerle frente a la crisis que la afecta. En septiembre, la Escuela de Educación presentó el Sistema de Evaluación de Conocimiento en Línea (SECEL), prueba online a través de la cual se puede conocer el nivel de aprendizaje que los alumnos de bachillerato tienen en las áreas de habilidad verbal y comprensión de textos, matemáticas, ciencias naturales y ciencias sociales, y determinar las debilidades y fortalezas del sistema educativo a nivel medio.
La investigación “Buenas prácticas de gestión educativa en instituciones de Educación primaria y secundaria del Área Metropolitana de Caracas” puede ser descargada haciendo clic en este enlace: https://bit.ly/2NsZryE
Para más información está disponible el teléfono de la Facultad de Humanidades y Educación de la UCAB: 0212-407.4249.