“El Drama del último”: En Venezuela crece la pérdida de apoyo social y familiar a la población adulta mayor

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“En la Venezuela de inicios del siglo XXI aparece con muy fuerte potencial de creciente agravamiento el “Síndrome social del drama del Último”, como un conjunto de fenómenos que concurren para generar una situación dramática en la cual comienza a encontrarse la persona que dentro de cada grupo familiar llega a ser el último sobreviviente”, advierte el profesor de la Facultad de Medicina de UCV, Rómulo Orta.

 

Profesor Rómulo Orta / Foto Archivo ucvnoticias

 

Por Giovanni Daboin/UnivNoticias.com


 

“La población venezolana -argumenta- presenta cifras crecientes de pérdida de apoyo social y familiar a la población adulta mayor, destacándose el hecho de que los segmentos de la población que deberían estar a la disponibilidad para resolver esa situación, muestran cifras decrecientes en su tamaño como consecuencia de reducción de la tasa global de fecundidad y el incremento del flujo de emigrantes de personas con edades entre 15 y 49 años”.

“Por lo general- subraya el investigador ucevista– el último sobreviviente del grupo familiar es una persona adulta mayor que tiene 60 o más años de edad, que va quedándose sola y sin los necesarios apoyos familiares y sociales para sobrellevar en condiciones aceptables su vida, padece simultáneamente varias enfermedades crónicas no transmisibles, que con el paso de los años se agravan y requieren prolongados y muy costosos tratamientos médicos que frecuentemente no tiene como asumir financieramente hablando”

Con la intención de dar soporte y fundamento estadístico a sus reflexiones sobre el tema, el profesor Orta; quien también es Coordinador General de la Comisión Científica de Salud Poblacional de la Asociación Venezolana de Estudios de Población, refiere que “Los profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela Diana Jelenkovic y Rubén López Millares, usando proyecciones estadísticas del Centro Latinoamericano y del Caribe de Demografía (CELADE), presentaron en el año 2022 un muy minucioso informe de investigación que daba cuenta del incremento del Índice de Envejecimiento en la población venezolana, que en el año 1950 fue igual a casi 8 adultos mayores por cada 100 menores de 15 años de edad hasta alcanzar en 2020 un valor igual a 44 adultos mayores por cada 100 menores de 15 años”

“También – prosiguió Orta– Jelenkovic y López advirtieron que en Venezuela, el número promedio de hijos por mujeres en edad fértil varió de 6,5 hijos en el quinquenio 1950-1955, a 2,1 hijos en el lapso 2020-2025, lo cual genera incapacidad poblacional para reemplazar al segmento de la población económicamente activa que se jubila cuando alcanza la condición de adulta mayor” “Otro dato mostrado por Jelenkovic y López -agrega- es la llamada Razón de Dependencia Demográfica de la Población Adulta Mayor respecto a los menores de 15 años, ese indicador fue igual en el año 2000 a 9 personas con edades entre 15 y 59 años por cada 100 adultos mayores, y según las proyecciones del CELADE sería igual a 3 en el año 2040.”.

“Por otra parte –explica– según ACNUR de las Naciones Unidas, la emigración venezolana ronda actualmente los siete millones de venezolanos que se residenciaron en otros países, de los cuales el 90 por ciento tendría entre 15 y 49 años de edad (Ricardo Villasmil, Banco Interamericano de Desarrollo, 2022).

Además de exponer con detalles, cifras y referencias que sirven de apoyo al trabajo de investigación realizado sobre la problemática situación, el profesor Orta también ofrece su visión y análisis sobre qué  hacer para enfrentar y tratar de revertir tales tendencias demográficas generales y específicas observables en Venezuela:

“Venezuela requiere con urgencia la definición y ejecución de Políticas de Población que, entre otros aspectos, contemplen la recuperación del Bono Demográfico que disfrutará nuestro país hasta el año 2046, a pesar del descenso de la tasa global de fecundidad y de la pérdida por emigración de población o con edades entre 15 y 49 años”

“Este segmento poblacional -explica- debe recibir un trato privilegiado en cuanto a formación para el trabajo, atención de su salud oportuna y de primera calidad, empleos productivos y con sueldos dignos y otros beneficios sociales y económicos para poder incrementar los apoyos sociales y familiares a nuestros adultos mayores”, concluyó.

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